Andrade, Eugenio2021-11-032021-11-032013-07-010124-4620https://hdl.handle.net/20.500.12495/6246La controversia sobre el origen de las variaciones evolutivas, sirve como ejemplo para justificar la necesidad de construir un marco ontológico inspirado en las categorías de Peirce que supere los dualismos en los que las discusiones científicas están enfrascadas. La comunidad científica se ha dividido entre una corriente hegemónica –el neodarwinismo-, para quienes la aparición de variaciones es azarosa y ciega, y por el otro una escuela minoritaria pero que ha venido ganado amplia aceptación–el neolamarckismo- que considera que las variaciones surgen como resultado de la interacción entre los organismos y el medio ambiente. En la última década las teorías epigenéticas de la evolución (biología evolutiva del desarrollo –EvoDevo- y la teoría de sistemas en desarrollo –TSD-) han planteado que la variación evolutiva depende de la plasticidad genotípica y fenotípica que posibilita al organismo responder a las condiciones del medio ambiente mediante ajustes fenotípicos a diferentes niveles (metabólico, fisiológico, ontogenético, conductual). Esta propuesta es un ejemplo sobre cómo superar la polaridad entre azar y determinismo, de una manera compatible con la visión peirceana de la evolución tal como se infiere del sistema de categorías y del proceso de interpretación de signos. Las tres categorías peirceanas vistas como relaciones diádicas dan lugar a los seis relaciones: (1.1) primeridad como primeridad (potencialidad sin restricciones); (2.2) segundidad como segundidad (actualizaciones concretas y determinadas); (3.2) terceridad como segundidad (posibilidades reales dadas las restricciones existentes en un espacio y tiempo determinados); (3.1) terceridad como primeridad (distribución estadística de las actualizaciones realizadas); (2.1) segundidad como primeridad (elección de las posibilidades reales que se exteriorizan y actualizan) y (3.3) terceridad como terceridad (integración de las realiza-ciones existentes y emergencia de nuevas posibilidades). En la formulación de la teoría neo-darwinista ha prevalecido una perspectiva externalista descrita por (2.2) y la (3.1), la cual es insuficiente si no se incluye la perspectiva internalista dada por (1.1) y (3.2) y los puentes conectores entre ambas explicitados por (2.1) y (3.3). Estas dos últimas explican el proceso de abducción o inferencia que tiende a proponer una hipótesis explicativa para dar cuenta de un hecho de observación utilizando de modo original e impredecible el conocimiento previo acumulado evolutivamente. El reconocimiento explícito de una actividad creativa propia de los organismos, equiparable por analogía con procesos de abducción natural explica porque las respuestas de los organismos a sus condiciones inmediatas de vida determinan el carácter abierto e impredecible de la evolución. La abducción natural explica las tendencias de los organismos: 1. a variar y divergir, y 2. El establecimiento de nuevas interacciones que incrementan el potencial evolutivo.application/pdfspaAtribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 InternacionalLa filosofía de Peirce y su aplicación al problema del origen de las innovaciones evolutivasArtículo de revistahttps://doi.org/10.18270/rcfc.v13i27.678instname:Universidad El Bosquereponame:Repositorio Institucional Universidad El Bosquerepourl:https://repositorio.unbosque.edu.coPeirce's Philosophy and its applications to the problema about the Origin of Evolutionary InnovationsAcceso abiertohttps://purl.org/coar/access_right/c_abf2info:eu-repo/semantics/openAccess